Poemas de Carlos Bonilla Avendaño
Antigua, Guatemala, 17 y 18 de enero del 2007
Breves danzas en silencio
-1-
Raíces
Raíces
que se filtran
por las veredas sutiles
de los sueños.
Poemas de Carlos Bonilla Avendaño
Antigua, Guatemala, 17 y 18 de enero del 2007
Breves danzas en silencio
-1-
Raíces
Raíces
que se filtran
por las veredas sutiles
de los sueños.
Vienen
cabalgando en el aire frutal de
“Los Encuentros”
Llegan susurrando tonadas ancestrales
al son del empedrado
como el roce de un beso.
Camufladas con plumas de quetzal
prolongan la vigilia en la que habito
desde que vine
a la sombra lunar de este otro tiempo.
Sin más ruta que el salto del jaguar
revivo y sobrevivo
con todas las palabras al acecho.
-2-
Ecos
Ladridos,
ecos del pasado que hace guiños
entre las piedras de
todas las calzadas
Huracán de colores
y de lágrimas
enterrando las fronteras del mercado.
Templos ruinosos,
sacerdotes con el Verbo de siempre
y el de nunca;
callejones y sombras
-todo es fachada aquí-
lo real son los ecos,
los chuchos,
el Volcán,
la sangre de colores que me habla
con el canto nocturno
de las piedras.
-3-
Piedra
He aquí la piedra,
cripta de memorias seculares.
constructores y pobladores oraron
escupieron
blasfemaron
en lengua cakchiquel y castellana
confiaron en sus dioses
en su dios
huitzilopochtli y marte los vencieron
aquí perdimos todos.
Hoy llegamos a plazas
a mercados
a conventos teñidos por el Tiempo
a vender y a comprar las
cosas propias
las que pintan de azules, sangre y milpa
tan ajenas victorias.
-4-
Susurro
Desde el Quiché,
del ombligo de Xelaj
atraviesa las sendas de Chichicastenango,
las rutas de Tecpán,
se esconde
entre las alas del cenzontle,
entre el materno aroma de fogón y tortillas,
entre enaguas eternas de ancianas cakchiqueles.
Desde el Quiché llega el antiguo susurro
a danzar con mi sangre
¿la sombra de un jaguar¬/
nahuál del bisabuelo?
Mi corazón es un arco tendido
rodeado de murmullos;
corazón en zafarrancho de combate
corazón silencioso
bajo asedio.
-5-
Sitio
La ciudad
no aguantó el asedio cakchiquel
en los tiempos de Pedro de Alvarado.
Poemas de Carlos Bonilla Avendaño
tuvo que huir al Valle de Panchoy.
No resistió la cólera profunda
de los dioses que pueblan
la entraña de la tierra
y por tercera vez
se volvió fugitiva.
Hoy la sueño sitiada,
quiero saquear sus voces,
capturar sus acentos,
reconquistar sus sombras,
pero ella vive en permanente fuga
y se me escapa.
Carlos Bonilla Avendaño es poeta tico que actualmente trabaja como abogado para la Universidad de Costa Rica.