Un poema de Marvin Bell
Sí, se puede
De Marvin Bell
Traducido del inglés por Andrés Alfaro
Somos un pueblo que empezó de un Sí
Una nación nacida del sí en las tierras de labranza
Somos un pueblo que empezó de un Sí
Una nación nacida del sí en las tierras de labranza
El sí grabado en la tierra y piedra
En las minas, en el mar, en las máquinas
que hicieron las vigas que construyeron las ciudades
en las ideas grandes que nos hacen humanos
En el sí que viene de cada calle
donde se mantiene un amor de antepasados
Y una red por los niños cuando se caen
donde estuvo un sí por “Intentemos”
Y un sí, podemos hacer mejor, y un sí
Que creció a envolver nuestra América más grande
sí al trabajador de hierro en los rascacielos, sí
a los excavadores de los túneles y los pilotos,
sí a los que todavía trabajan, a los fabricantes,
los constructores, los transportadores, los guardianes
A los maestros que tuvieron que conformarse.
Es el sí que canta y da luz a la oscuridad.
Es el sí en los colores innumerables de la unidad,
Y lo que quiere decir ser un adulto.
En los arcos iris de gasolina junto a los bordillos
Mientras el padre lleva a su niño a la escuela
Y la madre lleva su almuerzo al trabajo
Y el padre lleva sus papeles
Y la alumna su tarea
La carpintera su medida, el pescador su equipo
Y ¿quien se atreve a decir que no podemos al amanecer?
¿Ha escuchado el llanto de sí del recién nacido
que está junto al seno de su madre, y escuchado el sí
susurrando en los campos en el tiempo de cosecha?
Hay un sí que no se calla
En la cabeza de la científica cansada en su escritorio
Y el doctor mientras que estudia los rayos X
después del trabajo. Somos el sí de cada continente,
el sí nacido de carne y hueso que vino
Por buque y barco esclavo, la pluralidad
de todos quienes eran las primeras personas de la nación
O llegaron después, por varios senderos sin importar lo que costara
Hemos sido un conjunto de esperanzas
Y deseos, del futuro, de bendiciones, de dolores
Y placer, de las libertades sagradas
Por los cuales las familias han laborado y sufrido.
Todavía queremos decir sí, sí a la igualdad,
Sí a lo mejor dentro de nosotros, sí y sí a la idea
que se nos juzgará por lo que hacemos por otros
gratis, y entonces hemos dicho sí, y sí otra vez,
Una nación, un pueblo, y sí, se puede.
[Marvin Bell, quien sirvió dos períodos como el primer poeta laureado del estado de Iowa, escribió este poema cuando un partidario de Obama se lo pidió.]
De Marvin Bell
Traducido del inglés por Andrés Alfaro
Somos un pueblo que empezó de un Sí
Una nación nacida del sí en las tierras de labranza
Somos un pueblo que empezó de un Sí
Una nación nacida del sí en las tierras de labranza
El sí grabado en la tierra y piedra
En las minas, en el mar, en las máquinas
que hicieron las vigas que construyeron las ciudades
en las ideas grandes que nos hacen humanos
En el sí que viene de cada calle
donde se mantiene un amor de antepasados
Y una red por los niños cuando se caen
donde estuvo un sí por “Intentemos”
Y un sí, podemos hacer mejor, y un sí
Que creció a envolver nuestra América más grande
sí al trabajador de hierro en los rascacielos, sí
a los excavadores de los túneles y los pilotos,
sí a los que todavía trabajan, a los fabricantes,
los constructores, los transportadores, los guardianes
A los maestros que tuvieron que conformarse.
Es el sí que canta y da luz a la oscuridad.
Es el sí en los colores innumerables de la unidad,
Y lo que quiere decir ser un adulto.
En los arcos iris de gasolina junto a los bordillos
Mientras el padre lleva a su niño a la escuela
Y la madre lleva su almuerzo al trabajo
Y el padre lleva sus papeles
Y la alumna su tarea
La carpintera su medida, el pescador su equipo
Y ¿quien se atreve a decir que no podemos al amanecer?
¿Ha escuchado el llanto de sí del recién nacido
que está junto al seno de su madre, y escuchado el sí
susurrando en los campos en el tiempo de cosecha?
Hay un sí que no se calla
En la cabeza de la científica cansada en su escritorio
Y el doctor mientras que estudia los rayos X
después del trabajo. Somos el sí de cada continente,
el sí nacido de carne y hueso que vino
Por buque y barco esclavo, la pluralidad
de todos quienes eran las primeras personas de la nación
O llegaron después, por varios senderos sin importar lo que costara
Hemos sido un conjunto de esperanzas
Y deseos, del futuro, de bendiciones, de dolores
Y placer, de las libertades sagradas
Por los cuales las familias han laborado y sufrido.
Todavía queremos decir sí, sí a la igualdad,
Sí a lo mejor dentro de nosotros, sí y sí a la idea
que se nos juzgará por lo que hacemos por otros
gratis, y entonces hemos dicho sí, y sí otra vez,
Una nación, un pueblo, y sí, se puede.
[Marvin Bell, quien sirvió dos períodos como el primer poeta laureado del estado de Iowa, escribió este poema cuando un partidario de Obama se lo pidió.]